martes, 20 de noviembre de 2007

DIAGNÓSTICO


Cuando la triquinosis se presenta en forma de brotes epidémicos, el diagnóstico habitualmente es fácil. En cambio, los casos esporádicos suelen ofre­cer dificultades diagnósticas, sobre todo si los síntomas no son muy intensos. El diagnóstico se fun­damenta en la anamnesis, en el cuadro clínico y en los datos de laboratorio.

Hemograma: Evidencia una leucocitosis de magnitud variable y. lo que es aún más constante, una acentuada eosinofilia que frecuentemente llega al 40, 60 y 70% la relativa y a 1.500 o más eosinófilos la absoluta. La aparición de eosinófílos inmadu­ros (baciliformes), reviste especial valor diagnósti­co en aquellos casos con eosinofilia discreta y aun normal, en los cuales se evidencia la existencia de algunos elementos inmaduros en el frotis. La con­junción de un cuadro clínico severo y de aneosinofilia, es un índice de mal pronóstico. Tanto los glóbulos rojos como las plaquetas son normales.

Reacciones inmunobiológicas: La intradermorreacción de Bachman se practica mediante la in­yección intraepidérimca de 0,1 mL de antígeno de larvas de Trichinella. Se distingue una reacción precoz y una tardía. La primera, cuya lectura se practica a los treinta minutos, se caracteriza por una pápula rodeada de un halo eritematoso, cuyo diáme­tro debe ser, como mínimo, el doble del tamaño de la pápula inicial. La reacción tardía se presenta como una pápula rojiza entre las doce y veinticuatro horas. La reacción precoz se hace por lo común, positiva entre los diez y treinta días de la infección. En la práctica, es de mayor valor diagnóstico la re­acción precoz positiva.

Para el diagnóstico serológico, se emplean las reacciones de precipitinas, de floculación a la bentonita, de inmunofluorescencia y ELISA. Todas ellas aparecen positivas entre la segunda y cuarta semana postinfección, y la sensibilidad y especificidad pue­den variar de acuerdo con la calidad de los antígenos utilizados.

Biopsia muscular: Debería ser teóricamente el más importante de los exámenes de laboratorio, puesto que demuestra el agente etiológico, pero es poco práctico e invasivo. Por ello, se lo considera como un examen de excepción. Para su ejecución, se obtiene una pequeña muestra de músculo estria­do; generalmente, se utiliza el deltoides para este exámen.

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