Cuando la triquinosis se presenta en forma de brotes epidémicos, el diagnóstico habitualmente es fácil. En cambio, los casos esporádicos suelen ofrecer dificultades diagnósticas, sobre todo si los síntomas no son muy intensos. El diagnóstico se fundamenta en la anamnesis, en el cuadro clínico y en los datos de laboratorio.
Hemograma: Evidencia una leucocitosis de magnitud variable y. lo que es aún más constante, una acentuada eosinofilia que frecuentemente llega al 40, 60 y 70% la relativa y a 1.500 o más eosinófilos la absoluta. La aparición de eosinófílos inmaduros (baciliformes), reviste especial valor diagnóstico en aquellos casos con eosinofilia discreta y aun normal, en los cuales se evidencia la existencia de algunos elementos inmaduros en el frotis. La conjunción de un cuadro clínico severo y de aneosinofilia, es un índice de mal pronóstico. Tanto los glóbulos rojos como las plaquetas son normales.
Reacciones inmunobiológicas: La intradermorreacción de Bachman se practica mediante la inyección intraepidérimca de 0,1 mL de antígeno de larvas de Trichinella. Se distingue una reacción precoz y una tardía. La primera, cuya lectura se practica a los treinta minutos, se caracteriza por una pápula rodeada de un halo eritematoso, cuyo diámetro debe ser, como mínimo, el doble del tamaño de la pápula inicial. La reacción tardía se presenta como una pápula rojiza entre las doce y veinticuatro horas. La reacción precoz se hace por lo común, positiva entre los diez y treinta días de la infección. En la práctica, es de mayor valor diagnóstico la reacción precoz positiva.
Para el diagnóstico serológico, se emplean las reacciones de precipitinas, de floculación a la bentonita, de inmunofluorescencia y ELISA. Todas ellas aparecen positivas entre la segunda y cuarta semana postinfección, y la sensibilidad y especificidad pueden variar de acuerdo con la calidad de los antígenos utilizados.
Biopsia muscular: Debería ser teóricamente el más importante de los exámenes de laboratorio, puesto que demuestra el agente etiológico, pero es poco práctico e invasivo. Por ello, se lo considera como un examen de excepción. Para su ejecución, se obtiene una pequeña muestra de músculo estriado; generalmente, se utiliza el deltoides para este exámen.
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